miércoles, 12 de julio de 2017

BASE DE LA DEMOCRACIA EN EL ECUADOR. - BREVE SÍNTESIS DE LA PARTICIPACIÓN EN DEMOCRACIA

El Ecuador ha tenido un cambio sustancial dentro de los principios y valores que en la actualidad rigen la Democracia del país; no solo a manera de una serie de extractos normativos o normas programáticas constitucionales, sino con la adecuación de nuevas concepciones de democracia, en un ámbito de democracia compartida; así co-existen varios tipos conceptuales de democracia.
Con la configuración de estos tipos de democracia, nos salta a la duda sobre los parámetros de la coexistencia de éstas y las regulaciones que son necesarias para cada una de ellas, límites de dichas regulaciones, y los núcleos de regulación que deben tener, es decir el objeto propio de la regulación.
De ahí que podemos partir de algunas premisas conceptuales que ya han sido manifestadas por algunos teóricos de la configuración democrática de los estados. Luigi Ferrajoli manifestó en su obra Teoría del derecho y de la democracia, que “el derecho positivo no implica democracia”, pero que correlativamente, democracia si implica derecho, y no cualquier tipo de derecho sino lo que él llama “derecho sustancial” el que se manifiesta por estar integrado por los derechos fundamentales, con sus respectivas garantías.
El autor citado lleva a tal importancia la sustanciación de la democracia en los derechos fundamentales y su sistema de garantías, que manifiesta que estos dos elementos estatales representan el “auténtico momento de la verdad de la democracia”.
Tal importancia se ha dado a la correlatividad y correspondencia de democracia y derechos fundamentales, que se los ha elevado a la concepción de ser dos: concepto o categorías indisociables, considerados como una democracia política y los derechos fundamentales siempre que sean garantizados.
Pero es aquí que puede surgir una pregunta, qué es lo que se considera como una democracia política, qué clase de categoría se ha otorgado a la democracia con esta calificación.  Posiblemente entendiendo el texto de Ferrajoli, se puede hablar de una demanda de humanización y dignificación de la persona a través de una nueva forma de hacer política, y esto proyectado al sistema electoral como una práctica jurídica analizada que responda a la legitimidad social y no a una presión de un momento político determinado.
Cabe aclarar que el señalamiento de un momento político determinado, no se refiere a una tendencia de una mayoría de una determinada organización política en el Estado, sino de una presión externa al sistema electoral y a la gente que lo elabora y determina su estructuración y crecimiento en momentos determinados de crecimiento democrático.
Este crecimiento democrático lamentablemente no es entendido como aquel en el que existen cambios sustanciales y que modifican el sistema democrático de un país, que bajo las nuevas estructuras de tendencia regional y en el país crean nuevos espacios de participación política y formas en los que la ciudadanía puede tener una actuación dentro de la agenda de Estado en decisiones sustanciales que atañen a al ejercicio innato de soberanía de las personas.
Históricamente se debe entender en que momento surgen las instituciones burocráticas que sirven para la configuración de un Estado Nacional, y cómo este proceso se da en América Latina. La construcción social de los estados nacionales en la región se conoce como una fenómeno político - social continuo y en ciertos casos inacabados o que, a pesar de haberse dado un momento independentista, tuvo que pasar un tiempo para que el proceso de configuración del Estado Nacional como tal se genere y funcione.
Mientras que otras sociedades o las que se desarrollaban en territorios poblados, ya mantenían estructuras organizadas en cuanto a la organización burocrática que tiene como antecedente instituciones jurídicas funcionales a la época; incluyendo la base inicial de los sistemas electorales y las reglas de juego de elección de representantes, nuevamente haciendo la consideración de lo que en la actualidad se puede reconocer como sistema electoral y las reglas que lo rigen.
En este sentido, vemos que desde inicio la formación de la institucionalidad electoral responde a bemoles diversos en cada país y de acuerdo al proceso de formación de cada uno de éstos, siendo que desde inicio se cambiaron los esquemas de funcionalidad y reglamentarios de la representación.
Finalmente se debe considerar otras condiciones que es la referente al desarrollo y origen de las instituciones desarrolladas, y la dinámica de creación de lo los estados nacionales de la región, en este sentido podremos decir que es un proceso caracterizado por la heterogeneidad en los orígenes y condiciones dispares entre los países pre – colonizados.
Sin embargo, a pesar de que es importante considerar las condiciones a través de las que se desarrollaron los estados nacionales y cuáles fueron las circunstancias sobre las que se desarrollaron, se desarrollan o se están configurando, la pregunta que nos cabe responder es cuán democrático puede ser un estado en la actualidad, o al menos cuán democrático aparece ante su propia sociedad, a través de la validez de sus instituciones.

Abg. Wladimir Dávalos S.
(ER)

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