sábado, 12 de mayo de 2007

EL FUTURO ESTÁ EN PELIGRO ?

En realidad la discusión va más allá de prever el futuro y su “atractivo” desarrollo y por consiguiente sus fascinantes aplicaciones tecnológicas

En la actualidad, en innumerables foros, congresos y discusiones se va imponiendo el debate acerca de los nuevos modelos alternativos, y por consiguiente la discusión continúa hacia el tratamiento de la “Cultura Libre” y más terrenalmente acerca de los beneficios y “peligros” del Software Libre.

Hay muchas ideas, imágenes y símbolos que evidencian la realidad de las percepciones y sus consecuencias en el día a día. Experimentos de tipo biológico, matemático y filosófico están generando cambios en nuestros hábitos de manera tan imperceptible que cuando encontramos tiempo para reflexionar sobre la realidad y nuestras circunstancias, hallamos que todo ha cambiado, que los procesos son distintos de cuando los conocimos.

En este estado de cosas, habrá que ver si las normas jurídicas, de la moral, sociales y de tipo religioso permiten que la vertiginosa evolución de los procesos tecnológicos puedan continuar modificando los engranajes de mundo real.

Es así que, la apabullante ola de transformaciones difícilmente nos transparenta el cristal como para dejarnos descubrir qué modelos son los mejores, y cuáles continuarán o no siendo viables a largo plazo, con el consiguiente peligro de que quizás el tiempo se nos va agotando sin que hayamos tenido la oportunidad de explorar esas prometedoras emociones, salvo que cada uno hayamos tenido la “suerte” de experimentarlos y poder traducir sus sensaciones.

En este momento la sociedad entera se está zambullendo sin mayor reflexión en el mar de la “sociedad de conocimiento”, sin percatarse de la gravedad que representa la falta de oportunidades que ella misma genera a quienes se encuentran cada vez más distantes de ese mar, y quienes apenas se verán salpicados de algunas gotas y privados del rocío de los avances tecnológicos. De tal manera que el peligro del ensanchamiento de la “brecha tecnológica” sólo producirá un desencadenamiento de injusticia social mayor al originado por la falta de servicios básicos.

Ante esta realidad acaso no es conveniente dejar de preguntarnos a dónde vamos y más bien plantearnos a dónde queremos ir, como sociedad, antes de encontrarnos en dónde quizás no queríamos estar?

Wladimir Dávalos S

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